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PÉRDIDA DE CABELLO

PÉRDIDA DE CABELLO

La caída del cabello, también conocida como alopecia, es una afección frecuente que puede afectar tanto a hombres como a mujeres. Puede estar causada por diversos factores, como la genética, las hormonas, las afecciones médicas y determinados medicamentos. Aunque no existe cura para la caída del cabello, hay una serie de medicamentos autorizados que pueden ayudar a ralentizar o incluso invertir el proceso. Uno de los medicamentos recetados más conocidos para la caída del cabello es la finasterida, que se vende bajo la marca Propecia. La finasterida es un tipo de medicamento conocido como inhibidor de la 5-alfa-reductasa, que actúa bloqueando la enzima que convierte la testosterona en dihidrotestosterona (DHT). La DHT es una hormona que desempeña un papel clave en la calvicie de patrón masculino y, al bloquear su producción, la finasterida puede ayudar a frenar la caída del cabello e incluso estimular el crecimiento de cabello nuevo. El minoxidil, que se vende bajo la marca Rogaine, es otro medicamento de venta con receta muy utilizado para la caída del cabello. El minoxidil es una solución tópica que se aplica directamente en el cuero cabelludo y se cree que actúa aumentando el flujo sanguíneo a los folículos pilosos y estimulando el crecimiento de cabello nuevo. El minoxidil está disponible en forma de espuma y de líquido, y es más eficaz cuando se aplica en la coronilla y las sienes. Otro medicamento de venta con receta para la caída del cabello es la dutasterida, que se vende bajo la marca Avodart. Al igual que la finasterida, la dutasterida es un inhibidor de la 5-alfa-reductasa, pero es más potente y tiene una semivida más larga. Como resultado, puede ser más eficaz para frenar la caída del cabello y estimular el crecimiento de cabello nuevo, pero también es más probable que cause efectos secundarios. Además de estos medicamentos, existen otros medicamentos de venta con receta que se utilizan para tratar la caída del cabello, entre los que se incluyen:
  • Acetato de ciproterona: Este medicamento se utiliza a menudo en combinación con estrógenos para tratar la calvicie de patrón masculino en las mujeres. Actúa bloqueando los efectos de los andrógenos (hormonas masculinas) en los folículos pilosos.
  • Espironolactona: Este medicamento es un diurético que a veces se utiliza para tratar la caída del cabello en las mujeres. Actúa bloqueando los efectos de los andrógenos en los folículos pilosos.
  • Eflornitina: Este medicamento es una crema tópica que se utiliza para tratar el crecimiento excesivo de vello facial en las mujeres. Actúa inhibiendo la enzima responsable de la síntesis de ornitina descarboxilasa, necesaria para el crecimiento del vello.
  • Corticosteroides: Estos medicamentos se utilizan para tratar diversas afecciones, como la alopecia areata (un trastorno autoinmune que provoca la caída del cabello). Actúan reduciendo la inflamación y suprimiendo el sistema inmunitario, lo que puede ayudar a estimular el crecimiento de cabello nuevo.
Es importante tener en cuenta que, aunque estos medicamentos pueden ser eficaces para tratar la caída del cabello, no son una cura. La mayoría de estos medicamentos deben tomarse de forma continuada para mantener su eficacia, y pueden no funcionar para todo el mundo. Además, pueden tener efectos secundarios, como disfunción sexual, náuseas y mareos. Es importante hablar con un profesional sanitario sobre los posibles riesgos y beneficios de estos medicamentos antes de iniciar el tratamiento. Además, es esencial conocer los posibles efectos secundarios asociados a estos medicamentos. Algunos efectos secundarios comunes pueden ser disfunción sexual, náuseas y mareos. La aparición y gravedad de los efectos secundarios puede variar de una persona a otra. Antes de iniciar cualquier tratamiento para la caída del cabello, se recomienda encarecidamente consultar a un profesional sanitario. Un profesional sanitario puede evaluar el estado de salud de cada persona, analizar los posibles riesgos y beneficios, y orientar sobre el tratamiento más adecuado en función de las circunstancias específicas de cada persona. La comunicación abierta con un profesional sanitario es clave para tomar decisiones informadas sobre el tratamiento de la caída del cabello, teniendo en cuenta tanto los posibles beneficios como los riesgos asociados. Los controles periódicos con un profesional sanitario pueden ayudar a supervisar los progresos y ajustar el plan de tratamiento según sea necesario. En conclusión, existen algunos medicamentos autorizados que se utilizan para tratar la caída del cabello, como la finasterida, el minoxidil, la dutasterida, el acetato de ciproterona, la espironolactona, la eflornitina y los corticosteroides. Estos medicamentos pueden ayudar a ralentizar o invertir el proceso de caída del cabello, pero no son una cura y pueden tener efectos secundarios.